Una empresa está formada por un conjunto de personas con características individuales: cognitivas, emocionales, conductuales, que inciden directamente en el rendimiento de la misma. Conocer, evaluar, formar dichas particularidades van a mejorar tanto el rendimiento individual como el de la empresa en perfecta simbiosis. Un trabajador motivado es el mejor aval para una empresa moderna, ágil y eficaz.