Estamos en la oficina, sentados frente a nuestra computadora trabajando en las formulas de una planilla de cálculo. En segundo plano, cada 5 o 10 minutos, nuestro programa de correo electrónico suelta un pitido que nos avisa de la llegada de un nuevo e-mail.
Las emociones son parte de nuestra vida y ser agradecidos despierta aquellas que se denominan positivas, y hacen que nuestro cerebro libere neurotransmisores asociados al placer.